21 al 27 de agosto - Semana de la Muerta Súbita
La muerte súbita es la muerte de una persona cuyo paro cardíaco se presenta de forma:
- Natural: no mediada por causas externas o violentas.
- Inesperada: el estado de salud previo al evento, no hacía prever tal desenlace.
- Rápida: el paro cardíaco se presenta sin síntomas previos.
En Argentina la cifra es alarmante: se calcula que fallecen súbitamente unas 40.000 personas al año (≈1 cada 15 minutos). Cabe mencionar que en más del 70% de los casos, el evento ocurre fuera del hospital (en casa, trabajo y otros espacios públicos o privados), transformando a la comunidad no médica en la primera encargada de atender un episodio de esta naturaleza dada la escasa ventana temporal para aplicar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) que reviertan el cuadro.
Fuente: Ministerio de Salud de la República Argentina/ https://www.argentina.gob.ar/salud/glosario/prevencion-de-muerte-subita
Causas y factores de riesgo
La causa directa de la muerte súbita es casi siempre un paro cardíaco por una arritmia letal (taquicardia o fibrilación ventricular). En cerca del 80% de los adultos la causa subyacente son enfermedades cardiovasculares, principalmente la enfermedad coronaria (infarto silente). El resto se atribuye a miocardiopatías (enfermedades del músculo cardíaco) y a trastornos genéticos de la conducción eléctrica (p. ej. síndrome de QT largo, Brugada, etc.), así como a otras causas no cardíacas (por ejemplo, asma grave, embolia pulmonar, convulsiones).
Los factores de riesgo incluyen los mismos que para la cardiopatía isquémica:
- Hipertensión arterial, colesterol alto, diabetes, obesidad y sedentarismo: favorecen la obstrucción progresiva de las arterias coronarias
- Tabaquismo y consumo de drogas: provocan daño vascular y aumentan notablemente el riesgo, especialmente si se combina con ejercicio intenso
- Antecedentes familiares o genéticos: un historial familiar de muerte súbita o de cardiopatías hereditarias incrementa el riesgo individual
Síntomas de alerta
La mayoría de las muertes súbitas ocurren sin advertencia previa, pero en algunos casos pueden aparecer síntomas premonitorios pocos días o semanas antes. Entre ellos se describen: dolor o presión en el pecho, falta de aire intensa, palpitaciones rápidas o irregulares, desmayos o mareos. Si bien estos síntomas suelen durar muy poco (minutos u horas), son señales de alerta que nunca hay que ignorar. De hecho, solo en alrededor del 20% de los casos hubo síntomas breves previos. La falta de síntomas en la mayoría de los pacientes subraya la importancia de la prevención: no esperar a enfermar para consultar al médico. Ante cualquiera de estos síntomas conviene realizar una consulta médica inmediata.
Prevención y cuidados cardiovasculares
La prevención de la muerte súbita se basa en cuidar la salud del corazón y actuar sobre los factores de riesgo conocidos. Medidas prácticas recomendadas incluyen:
- Hábitos de vida saludables: seguir una alimentación equilibrada, mantener un peso adecuado, realizar actividad física moderada regularmente, controlar el estrés y evitar tabaco, alcohol y drogas. Estos hábitos reducen la aterosclerosis y el riesgo de arritmias.
- Controles médicos periódicos: realizar chequeos rutinarios (al menos una vez por año) con el médico de cabecera y el cardiólogo. Es fundamental medir la presión arterial, niveles de glucosa y colesterol, y evaluar la función cardíaca aunque uno se sienta bien.
- Pruebas cardiológicas específicas: dependiendo de la edad y los hallazgos clínicos, el médico puede indicar estudios como:
-Electrocardiograma (ECG)
-Ecocardiograma Doppler
-Ergometría o prueba de esfuerzo
-Monitoreo Holter (ritmo cardíaco de 24h)
-Monitoreo ambulatorio de presión arterial: un “Holter de presión”
-Ecostress con ejercicio
- Entrenamiento en emergencias (RCP: reanimación cardiopulmonar y DEA: desfibrilador externo automático): toda la comunidad debería estar entrenada en maniobras de RCP y en cómo utilizar un DEA. Estos últimos deben contar con su correcta señalética de modo que sean de fácil acceso y localización para toda la comunidad, tanto en espacios públicos como privados. Una RCP temprana junto con una desfibrilación realizada entre los 3 y los 4 minutos contados desde la ocurrencia del paro cardio respiratorio, puede elevar la tasa de sobrevida en hasta un 70%.
- Por ello, asociaciones como FUPREMUS (Fundación para la Prevención de la Muerte Súbita), cuyos profesionales han colaboradoactivamente en la redacción de esta nota. capacitan masivamente a la población en RCP y DEA. Aprender RCP es tan importante como tener hábitos saludables. En la emergencia, los segundos cuentan. Saber qué hacer y cómo hacerlo, pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Una comunidad capacitada en maniobras de RCP y DEA, permite prevenir la muerte súbita y cuidar la vida, valor impostergable. Podés conocer más acerca de FUPREMUS ingresando a su web fupremus.org.ar o a su perfil de Instagram @fupremusok.
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